Conocí por fin tu locura.
Entretejida tu voz en el viento,
Calmaba las ansias de muerte
Con las olas del vacío inerte,
Arrastraban este dolor por el desierto.
Instante impreciso de furia,
Ahorcaba esta vana amargura,
Rayos de ira en mi cielo,
Destrozaban este insulso suelo.
Y la noche airosa resplandecía,
Para cobijarme de este delirio,
Ahuyentando las sombras negras,
De las almas disfrazadas de mil maneras.
No existen dudas en el sonido delas estrellas
son extraordinarias guías de mis dilemas,
Pero un animal con luz terrenal,
Confundió mi alma con sus malezas.
Hijo de la noche que peco,
Confundiendo la pobreza y la sabiduría,
Hiriendo un alma que seguía a las estrellas,
Derramando la sangre de las noches intensas.
Heridas mal cicatrizadas,
Ojos ciegos por tu luz,
No encuentran el camino que de noche,
Posee nueva vida para al amanecer entregarse al alba…
PAMB.